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Es tentador pensar que esto de la centralidad de la cruz es una moda más entre los cristianos. Lo hemos visto antes: movimientos evangélicos enfocados en las artes, experiencias “espirituales”, o doctrinas controversiales. ¿No es la “vida cruzcéntrica” algo similar? ¿No es una herramienta útil pero a fin de cuentas pasajera?

En el capítulo final de su libro, Mahaney nos ayuda a darnos cuenta de que centrar nuestras vidas en el mensaje del evangelio es algo que debemos hacer todos los días. No es opcional. No es una moda. Es un llamado de Dios para todos los cristianos. No importa si somos nuevos creyentes o líderes maduros en la fe; todo lo que aprendamos y practiquemos en nuestra vida cristiana debe ser visto a través de los lentes del evangelio.

“La vida centrada en la cruz no es solo una opción entre muchas que ofrece Dios. Es la vida a la que está llamado cada cristiano” (p. 94).

Piénsalo. El evangelio debe cambiarlo todo en ti. No es meramente un “boleto al cielo”. Fuiste comprado por la sangre de Cristo para ser completamente renovado desde tu interior. Ya no amas las mismas cosas, ya no buscas los mismos objetivos. Ahora vives para agradar a Dios, y solo puedes hacerlo por lo que Jesús hizo por ti en la cruz.

El evangelio lo cambia todo

El evangelio debe afectar tus relaciones, tu trabajo, tu servicio en la iglesia, tu santificación, tu sufrimiento, y todo los demás aspectos de tu vida. No siempre es fácil verlo; solemos tener una mentalidad de “gracias Señor por perdonarme, pero ahora me voy a poner a trabajar”. Se nos olvida que la misma gracia que nos salvó es la gracia que nos santifica y nos impulsa a caminar cada día para la gloria de Dios.

Cada paso de nuestra vida cristiana debe estar anclado en el evangelio, de lo contrario buscaremos andar en nuestra propia fuerza y no perseveraremos por mucho tiempo. ¿Estás luchando por perdonar a tu cónyuge? Dios perdonó tus pecados en Cristo. ¿Deseas mejorar tu vida de oración? La única manera en que tienes acceso al Padre es a través de la sangre de Jesús. ¿Estás buscando servir con fidelidad en tu congregación? Eres llamado a entregarte por los demás como Cristo se entregó por ti.

Una y otra vez, todo nos lleva a la cruz. Nunca estaremos listos para “graduarnos” de este mensaje. Viviremos para siempre profundizando en la gloriosa gracia mostrada a nosotros en Jesús.

“La esperanza, el bienestar y la perseverancia en la vida cristiana vienen de meditar en la cruz y en el Dios de la cruz” (p. 96).

Caminemos con los ojos en el evangelio de Jesús cada día, refugiémonos en la gracia que Dios nos ha mostrado, y perseveremos sabiendo que esa misma gracia nos sostendrá hasta el final. No importa lo que venga, estamos seguros. Todo lo que necesitamos está en Cristo. ¡Cuán glorioso es el mensaje de la cruz!

“No sé lo que me depara el mañana, pero lo que sí sé es esto: Debido a la cruz estaré mucho mejor de lo que merezco” (p. 97).

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