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Una carta a mis hijos sobre cómo convertirse en hombres buenos (en una cultura que degrada a las mujeres)

Estimados Ben y Archie*:

Es posible que se hayan percatado en las noticias de las historias sobre cómo hombres han lastimado a muchas mujeres, como Grace Tame, Brittany Higgins y muchas otras. Es triste ver su dolor.

Como saben, vivimos en un mundo caído: un mundo en el que la gente no siempre vive de una manera que agrada a Dios; un mundo en el que los hombres maltratan a las mujeres con demasiada frecuencia. Es terrible. Es impactante. No está bien. Pero en un mundo pecaminoso, esto no es sorprendente.

Si bien hay muchos hombres buenos en sus vidas (en su escuela, en la iglesia y en su familia) algunos hombres hacen cosas que lastiman a las mujeres, lo cual enoja a Dios. De hecho, muchas, si no la mayoría de las mujeres, podrían contarles sobre las malas experiencias que han tenido con hombres, donde ellos les faltaron el respeto. Quizás estos hombres les dijeron cosas sucias e inapropiadas. Quizás les hicieron daño emocional, físico y aun sexual. Lo que estamos viendo en los medios de comunicación son muchas mujeres que, con justa razón, están diciendo “basta” a esta forma de ser tratadas.

Vivimos en un mundo caído en el que la gente no siempre vive de una manera que agrada a Dios: un mundo en el que los hombres maltratan a las mujeres con demasiada frecuencia

Probablemente nunca experimentaremos, como hombres, el mismo tipo de trato degradante que experimentan tantas mujeres. Es por esto que les escribo, para que sepan a qué se enfrentan las mujeres de su familia y sus amigas, y cómo ustedes, como hombres, deben responder.

Lo más importante que deben hacer es mirar a Jesús como su modelo

Recuerden que le pertenecen a Él, ya que ustedes forman parte de su familia (1 Jn 3:1-2). Así que, sigan su ejemplo. Fíjense detenidamente en la forma en que Jesús trataba a las mujeres. Les habló con respeto, ternura y cuidado (Jn 4:7-30). Respetaba a su madre y se aseguró de que su amado discípulo cuidara de ella después de su muerte y resurrección. Tenía buenas amigas que eran mujeres (María y Marta). Respetaba la dignidad y aceptaba el ministerio de mujeres que la sociedad consideraba como marginadas (Lc 7). Hizo todo lo posible por visitar y sanar a una niña (Lc 8).

En un momento en que las mujeres eran consideradas inferiores a los hombres, Jesús conmocionó su cultura al tratarlas con la misma dignidad y respeto que a los hombres.

Esto no debería sorprendernos, ya que Dios creó a las mujeres a su imagen, al igual que a los hombres (Gn 1:27). Dios ha sellado a las mujeres con el mismo valor incalculable, estatus y dignidad que los hombres. Aún más, Jesús dio su preciosa vida por las mujeres, para abrirles la puerta hacia la vida eterna, así como a los hombres (Gá 3:28-29).

Fíjense detenidamente en la forma en que Jesús trataba a las mujeres

Si miran a Jesús y su ejemplo, sabrán cómo tratar correctamente a las mujeres y señoritas en sus vidas.

¿Cómo se ve eso en la práctica? He aquí algunos pensamientos. Hay mucho más que pueden y deben hacer, pero esto les llevará por el camino correcto:

1. Entiendan y celebren el buen diseño de Dios para el sexo

Lo sé, es lo último en lo que quieren pensar ahora mismo. Pero Ben, como has notado, muchos de los chicos que te rodean están empezando a hablar y pensar en el sexo. En cierto sentido, es parte del crecimiento. Pero es importante que ambos conozcan el buen diseño de Dios para el sexo y vivan de acuerdo con ese buen diseño, si van a tratarse a ustedes mismos y a las mujeres que les rodean como Jesús las trató.

Verán, el sexo no es un juguete recreativo como un juego de computadora que pueden jugar con quien quieran y como quieran. En cambio, es como un auto deportivo extraordinariamente precioso y costoso que no le prestarían a cualquiera. De hecho, el sexo es tan especial que solo está diseñado para una relación: la relación entre marido y mujer. Como todo, si lo usan de acuerdo con las instrucciones del Diseñador, funcionará muy bien (1 Co 7:3-4). Traerá mucho gozo. Pero si lo usan de manera contraria a las instrucciones del Diseñador, se dañarán a sí mismos y a los demás (1 Co 6:18-20).

El sexo es como un auto deportivo extraordinariamente precioso y costoso que no le prestarían a cualquiera… si lo usan de acuerdo con las instrucciones del Diseñador, funcionará muy bien

Lamentablemente, nuestra cultura ve el sexo y a las mujeres como objetos de placer. Esto molesta a Dios porque no es así como Él desea que la gente viva. Dios ve el daño que esto causa, especialmente a tantas muchachas y mujeres. Ver el sexo como un juguete recreativo es la norma en nuestra cultura actual. Lo habrán visto en mucha de nuestra publicidad, videos musicales y películas. De manera más trágica, se ve en lo que se conoce como “pornografía”, una “industria” que cosifica a las mujeres y (sí, trágicamente) a las adolescentes. Promueve la violencia contra las mujeres, destruyendo sus vidas y las vidas de quienes “usan” la pornografía, en su mayoría hombres.

2. Eviten películas, canciones e imágenes que degraden a las mujeres

En cambio, persigan lo que agrada a Dios. Llenen sus mentes con pensamientos que respeten y eleven a otras personas y honren a Dios, en lugar de degradarlas (Fil 4:8).

3. Sean un lugar seguro para las mujeres en sus vidas

Si tratan a las mujeres como Jesús quiere que las traten, ellas se sentirán respetadas y seguras a su alrededor.

4. Escuchen sus historias

A medida que crecen, más y más mujeres a su alrededor tendrán historias de cómo hombres las han lastimado de diversas maneras. Nunca minimicen esto ni lo pasen por alto. Su dolor es real. Merecen ser escuchadas. Escuchar es amar (Stg 1:19).

5. Usen las capacidades que Dios les ha dado para el bien de las mujeres

Recuerden que ignorar un comportamiento es respaldar ese comportamiento

Si bien no tienen nada de qué avergonzarse por ser hombres, ni necesitan disculparse por ello, sepan que ser hombres conlleva ciertas responsabilidades que Dios les ha dado. Al menos, usen las capacidades que tienen como hombres para proteger y empoderar a las mujeres y muchachas en sus vidas. Este es el caso especialmente en su familia, en la iglesia y en la escuela. No es suficiente con asegurarse de no hacer nada para lastimarlas. No se den la vuelta ni se queden en silencio si otros las están lastimando cuando ustedes podrían marcar la diferencia.

6. Trabajen para cambiar nuestra cultura altamente sexualizada

Cuando tengan la oportunidad (Gá 6:10), sean un modelo de pureza piadosa en lo que respecta al sexo: no se rían de los chistes sucios en el patio de recreo. Sean abiertos y no sientan vergüenza de seguir la visión de Jesús sobre las mujeres y el sexo. Trabajen con organizaciones y personas que están luchando contra nuestra cultura “pornificada”. Recuerden que ignorar un comportamiento es respaldar ese comportamiento.

Sé que seguir a Jesús es un llamado alto, especialmente en una cultura que quiere hundirlos con ellos. Pero tienen una elección. Sepan que Jesús les da las fuerzas para seguir sus pasos, incluyendo en la forma en que tratan a sus iguales portadores de la imagen de Dios: las mujeres y las muchachas en sus vidas.

Conviértanse en hombres valientes. Sean amables y fuertes. Sean como Jesús.

Con mucho amor,

Papá

* Para proteger la privacidad de mis hijos, he cambiado sus nombres. Ben tiene 11 años y Archie tiene 6 años, razón por la cual he escrito en términos relativamente simples.


Publicado originalmente en The Gospel Coalition: Australia. Traducido por Equipo Coalición.
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