¡Únete a nosotros en la misión de servir a la Iglesia hispana! Haz una donación hoy.

×

¡Es un verdadero privilegio ser parte de una iglesia local!

Ella es parte del cuerpo de Cristo y ha sido equipada para traer influencia celestial a la esfera terrenal (1 Co. 12). Jesús dio su vida por la iglesia (Ef. 5:25) y prometió que “ni las puertas del Hades prevalecerán contra ella” (Mt. 16:18).

Sin embargo, la iglesia está compuesta por seres imperfectos. Los creyentes hemos sido regenerados, pero todavía somos pecadores. Cuando un nuevo creyente llega a la iglesia no tarda en descubrir que en ella hay conflictos, dificultades, y retos. Ser parte de una iglesia no quiere decir que te has hecho parte de un organismo libre de peligros y dolores. El efecto devastador del pecado aún se hace palpable en los pecadores que conforman la iglesia.

Si eres nuevo en la fe y en la iglesia local, estos cinco principios te ayudarán a comprender que la iglesia no es para el hombre, sino para la gloria de Dios y para el servicio de otros.

1) No pongas tu mira en el hombre

Es común pensar que tu pastor es “invencible” o que la persona que te compartió de Cristo es la más piadosa del mundo, pero no es así. Tu mirada no puede estar en la mujer o el hombre que ha sido tu mentor. Ellos, al igual que tú, son pecadores redimidos.

Ser un cristiano no te hace un seguidor de tu pastor, te hace un seguidor de tu Salvador

Es muy probable que sean más maduros que tú, pero tu profunda admiración solo la merece Cristo. Ser un cristiano no te hace un seguidor de tu pastor; te hace un seguidor de tu Salvador. Cuando dediques toda tu admiración a Jesús, te darás cuenta de que Él no te fallará aunque todos los demás lo hagan.

Aún cuando otro creyente te defraude, tu salud emocional no decaerá porque has decidido poner tu ancla en alguien mejor: Jesucristo.

2) Encuentra tu identidad en Jesucristo

Para muchos creyentes servir en la iglesia local puede convertirse en su identidad. Decimos frases como, “soy maestra de escuela dominical” o “soy miembro del grupo de alabanza”. Servir en ciertas áreas de la iglesia es bueno, pero no es bueno asistir a la iglesia solo cuando sirves ni ver nuestro servicio como lo más importante sobre nosotros.

Tu identidad se encuentra en quién eres en Jesucristo, no en qué haces por Él. Tu identidad no se encuentra en lo que sirves, logras, o participas. Por lo tanto, no veas a la iglesia como el lugar al que simplemente le tienes que dedicar horas de trabajo o el lugar en el que tienes que sobresalir. Servir en la iglesia no se trata de ser el primero. De hecho, se trata de ser el último (Mc. 9:35). Lo cual nos lleva al siguiente consejo.

3) Trabaja para el Señor de la obra

Un peligro para los nuevos creyentes es hacer de la iglesia local su “nuevo mundo”. Es bueno que alguien dedique tanto tiempo de servicio en la iglesia. Si Dios te ha dado dones, te los ha dado para el beneficio de su iglesia. Pero examina tus motivaciones: ¿estás trabajando para ti o para Dios?

Tu identidad se encuentra en quién eres en Jesucristo, no en qué haces por Él

Puede sonar loable que quieras ser el primero en llegar y el último en salir, o que quieras participar y ayudar en todos los ministerios. Pero muchas veces esto es egocentrismo disfrazado de servicio. Aún cuando tengas el don de servicio (Ro. 12:7), puede que tu afán por trabajar conquiste tu corazón y que tu perfeccionismo o deseo por atención tomen el control de tus intenciones.

Cuida tu corazón, examina tus motivaciones, y mantén tu deseo por servir a otros subordinado a tu deseo por servir a Dios. Puedes estar haciendo cosas buenas en malas formas.

4) Recuerda que la iglesia es un hospital de almas

Es importante que comprendas que la iglesia es un hospital, un lugar de enfermos que— al igual que tú— encontraron al Salvador del mundo. Si entiendes esto, también tienes que aceptar que habrá ocasiones en que otros hermanos en Cristo te ofenderán o lastimarán.

Asistimos a la iglesia para ser como Jesús y ayudar a otros a sentir el amor de Cristo en sus vidas

Suelo escuchar frases como: “nunca pensé que estando en la iglesia, alguien me pudiera lastimar de esta forma” o “me lo puedo esperar de los de afuera, pero nunca de alguien de la iglesia”. Debo decirte que no es así, en la iglesia hay problemas que involucran a los creyentes. 

El apóstol Pablo dedicó gran parte de sus cartas a lidiar con problemas en iglesias. Había falsos maestros, divisiones, pecado, apostasía, etc. Tanto en la iglesia del primer siglo como en la de nuestros días, los problemas no son cosa nueva. Así ha sido desde el inicio y continuará así hasta que nuestra “esperanza bienaventurada” se manifieste de los cielos (Tit. 2:13).

Desde luego, esto no es excusa para mantener actitudes inmaduras en la iglesia. Pero en la iglesia, debe estar el deseo de perdonar y amar a otros a pesar de sus errores. ¿Por qué? Porque así lo enseñó Jesús: “más bienaventurado es dar que recibir” (Hch. 20:35).

5) Pertenecer a la iglesia se trata de dar, no solo recibir

A todos nos gusta recibir amor, protección, y ayuda. Pero la iglesia no es un centro de acopio, es un centro de distribución. No me malinterpretes, en la iglesia vas a encontrar una comunidad de creyentes que te abrazará y te ayudará de maneras que no pensaste. 

Sin embargo, si tu mentalidad es la de solo recibir, pronto te darás cuenta de que hay personas que no cumplen con tus expectativas. Puede que el pastor no te llame tanto como quieres o que los hermanos ya no te presten la misma atención que antes, o bien, puede que no recibas agradecimiento suficiente por todo lo que haces.

Servir en la iglesia no se trata de ti, sino de lo que estás dispuesto a hacer por otros. Perdonar y amar a otros aún cuando no se lo merezcan. Aceptar y abrazar a aquellos con los que no te sientas tan cercano. Todo se trata de lo que das, no de lo que recibes.

No queremos ser parte de una iglesia para llenar nuestro vacío, Jesús ya hizo eso. Asistimos a la iglesia para ser como Jesús y ayudar a otros a sentir el amor de Cristo en sus vidas. Así sirvió Jesús, así lo hacemos nosotros para que la honra y gloria sea solo para Él.

Recibe cada día los artículos, podcasts, y vídeos más recientes.
CARGAR MÁS
Cargando