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Todo predicador ha tenido la sensación de necesitar una ilustración pero no tener nada a mano. Incluso teniendo buenos sistemas para capturar y archivar ilustraciones, inevitablemente habrá momentos en los que no hay nada en sus notas y no puede pensar en nada de forma espontánea.

Sé que algunas personas están en contra de las ilustraciones, y ciertamente las ilustraciones pueden abusarse. Por ejemplo, podemos sentirnos tentados a confiar demasiado en ellas por el deseo de hacer que nuestros sermones sean más atractivos o emocionales. Pero estoy convencido de que hay una manera de ilustrar que honra el texto de las Escrituras y sirve a los oyentes.

Jesús es un buen modelo para nosotros, porque hablaba con frecuencia a través de parábolas (Mr. 4:34), pero de tal manera que expresaba la autoridad divina y convencía a sus oyentes (Mt. 7:28-29). Siguiendo el patrón de Cristo, las ilustraciones en los sermones no le restan valor a la autoridad del texto, sino que lo intensifican. Del mismo modo, no exaltan al predicador como un impresionante orador, sino que lo obligan a inclinarse humildemente y ajustar su comunicación a sus oyentes (al igual que la consejería efectiva requiere que el consejero escuche con atención y hable de una manera que se entienda y que otros respondan).

Con el deseo de fomentar el uso efectivo de las ilustraciones, aquí hay ocho lugares dónde encontrarlas.

1. La literatura

Creo apasionadamente que los pastores pueden beneficiarse de leer literatura, y deberíamos hacerlo más. Obtener ilustraciones es solo uno de los beneficios de esto, pero es uno real. La literatura ilustra de manera útil porque

  1. es narrativa, dramática, y particular (de esto están hechas las buenas ilustraciones);
  2. trae la verdad a las situaciones reales (a menudo contemporáneas) de la vida; y
  3. construye un puente para los oyentes que ya simpatizan con la literatura.

Un gran peligro aquí es usar solo un tipo de literatura. Por ejemplo, si siempre haces referencia a Dostoevsky y Jane Austen, eso intimidará y posiblemente alienará a las personas menos educadas. O si siempre estás citando a Narnia y El Señor de los anillos, las personas a las que no les gusta la fantasía tampoco conectarán con ello.

Cuanto más amplio sea tu arsenal, más amplio será el efecto.

Un principio general de las ilustraciones es este: elige las que incorporan y representan a tu audiencia. Elige lo familiar, no lo extraño. Construye a partir de lo que ya está presente en la mente y la imaginación de tus oyentes lo más que puedas.

Intento leer muchos tipos de literatura con el fin de encontrar ilustraciones. He usado todo, desde Calvin y Hobbes (en serio, hay cosas profundas allí) a tragedias griegas como Antígona. Cuanto más amplio sea tu arsenal, más amplio será el efecto.

2. Tus experiencias de vida

Las ilustraciones personales pueden ser útiles, porque traen la verdad a los momentos “normales” de la vida, y pueden ser más relajadas. El gran peligro de usar ilustraciones de vida, por supuesto, es promoverse a uno mismo, o atraer la atención hacia uno mismo de manera incorrecta. Incluso cuando se usa a uno mismo como un mal ejemplo, todavía puedes estar diciendo: “¡Mira cómo me desprecio, mira cómo soy humilde!”. Así que asegúrate de que se trata de servir a tu gente, no a ti.

Cuanto más conectado estés con una ilustración, más probabilidades tendrás de involucrar a tus oyentes.

Cuando trato de encontrar una ilustración, a menudo considero situaciones emocionales. Este es otro principio general de las ilustraciones: cuanto más conectado estés con una ilustración, más probabilidades tendrás de involucrar a tus oyentes.

Además, un consejo específico: ten cuidado de hablar de tus hijos todo el tiempo. Como padre de niños pequeños, tiendo a hacerlo. Pero me doy cuenta de que (1) puede ser difícil que las personas sin niños conecten con eso, y (2) podrías, dependiendo de cómo lo hagas, poner malamente a tus hijos en el centro de atención, algo con lo que probablemente lucharán, siendo los hijos del pastor.

3. Historia y biografías

Las ilustraciones históricas pueden ser realmente útiles y edificantes, y cumplir con muchos de los mismos criterios que la literatura. Una vez más, debes tener cuidado. El uso excesivo de este tipo de ilustraciones alienará a las personas que no están interesadas en la historia. Pero la historia también se puede contar de una manera que involucre a casi todos. Tengo libros por toda la casa, y me adentro en ellos siempre que puedo. Incluso cuando no puedo encontrar una ilustración específica, me parece saludable leer cosas que no sean teología.

4. La naturaleza

Me ha sorprendido lo útiles que pueden ser las ilustraciones de la naturaleza y el reino animal. Hemos estado viendo Planet Earth II en Netflix, por lo que este tipo de ilustraciones me vienen a la mente con frecuencia. Últimamente he hablado de la forma en que los camellos se irritan con los humanos como una ilustración de los peligros del resentimiento (Marta en Lucas 10); la protección de una ave madre sobre sus huevos como una ilustración de Dios como nuestro escudo (Sal. 3:3); y las capacidades de búsqueda que tienen los perros policía como ilustración del conocimiento de Cristo en nuestros corazones (Ap. 2:23).

Una de mis grandes metas como predicador es predicar con sensibilidad a los niños en la reunión.

Aunque existe el peligro de que estas ilustraciones sean cursis, en ocasiones pueden ser útiles, ya que son interesantes para las personas de todos tipo de intereses y trasfondos (incluyendo los niños). Una de mis grandes metas como predicador es predicar con sensibilidad a los niños en la reunión.

5. Eventos de actualidad

Las noticias están llenas de historias y otra información que se pueden utilizar para ilustrar. Por ejemplo, estás esperando en la sala del dentista. Tomas una revista y lees una historia sobre un adolescente que cae en un hoyo y necesita ser rescatado. Algo en la entrevista resuena contigo sobre el poder del miedo. Caboom. Gran ilustración.

Este tipo de ilustraciones tienen grandes cualidades narrativas y resuenan con las personas en formas que la ficción no. A la gente le importan las cosas reales que suceden en el mundo. Sin embargo, ten cuidado de no aprovecharte del miedo que la gente le tiene al declive cultural. También es bueno mantenerse generalmente fuera de la política y los problemas sociales que serán controversiales de formas que no ayudan.

6. Libros de ilustraciones y sitios web

Puedo entender por qué algunas personas están completamente en contra de usar este tipo de recursos. Existe un alto riesgo de artificialidad, a menudo son cursis, y lo teológico que se ilustra tiende a ser muy general. No obstante, no creo que sea malo usarlos en ocasiones, cuando otros recursos fallan. Estos recursos deben usarse con discernimiento teológico, y debemos ser sensibles a contextualizarlos en el sermón para que no se sientan artificiales.

7. Otras porciones narrativas en la Biblia

Se ha dicho que la mayoría de las Escrituras están en forma narrativa. Las muchas historias coloridas de la Biblia son un campo fértil de material ilustrativo. Un beneficio de esta práctica es que estamos exponiendo a nuestros oyentes a una variedad de textos bíblicos más allá de los que están en el calendario de predicación. Puedes predicar verso por verso a través de una pequeña carta del Nuevo Testamento como Filipenses, y tomarte tu tiempo con ella, sin descuidar por completo otras partes de las Escrituras.

Algunas personas evitan las ilustraciones bíblicas por temor al moralismo. Hemos visto cómo el Antiguo Testamento se reduce a una serie de mensajes de “debes ser como…”, y en su lugar queremos predicar de manera redentiva. Si bien simpatizo con esta preocupación, no hay ninguna razón por la cual no podamos mirar a los santos de manera ejemplar y al mismo tiempo motivarnos con el evangelio. La Biblia misma lo hace (por ejemplo, Heb. 11). Como lo expresa Bryan Chapell, los mensajes de “debes ser como” no son malos en sí mismos, sino cuando no tienen nada más que eso.

8. Películas y televisión

Las películas que vemos es generalmente un tema más divisivo que los libros que leemos, por lo que hay que estar muy atentos y no violar las conciencias de nuestros oyentes. Puedes tratar de enmascarar la ilustración sin mencionar de qué película viene, pero algunas personas probablemente lo sabrán y distraerá a las personas que pasan tiempo tratando de adivinar. Creo que la mejor práctica es usar este tipo de ilustraciones con moderación, y cuando lo hagas, debes tener cuidado con lo que seleccionas.

Actos de amor

Las ilustraciones no deben ser el enfoque principal del sermón. Están allí para servir la exposición y la aplicación, no para reemplazarlas. Si se usan correctamente, las ilustraciones aclararán el significado del texto (exposición) y también aumentarán su efecto emocional (aplicación). A menudo te ayudarán a hacer un puente de la exposición a la aplicación.

Por encima de todo, las ilustraciones deben ser un acto de amor para nuestros oyentes, una forma de servirles al movernos en su mundo y categorías, de la misma manera en que Dios se ha acercado a nosotros en su Palabra y en el evangelio. En los Institutos, al discutir cómo deberían ser los servicios de adoración, Calvino dijo: “Dejemos que el amor sea nuestra guía, y estaremos a salvo”. Así también, cuando no estés seguro de cuándo o cómo ilustrar, deja que el amor por tu gente sea tu guía, y estarás seguro.


Publicado originalmente en The Gospel Coalition. Traducido por Equipo Coalición.
Imagen: Lightstock.
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