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Puedo perder mi identificación de millenial por admitir esto, pero:

Me gustan los himnos. Bastante.

Sí, entiendo que debería querer adorar con máquinas de humo y letras de canciones proyectadas en pantallas con fondos dinámicos e impresionantes. Y a veces disfruto eso también. Pero no todo el tiempo.

Entonces, ¿por qué un millenial de 36 años disfruta los himnos? Aquí están mis cinco razones:

  • Tomar el himnario en mis manos y leer las letras me ayuda a concentrarme en la adoración. Si mis ojos están fijos en las palabras y notas al cantar, estoy menos distraído. Más allá de, tal vez, el primer y último verso de muchos himnos, no me sé las letras. A diferencia de muchas canciones más nuevas de adoración que he memorizados fácilmente, debo prestar más atención a lo que estoy cantando cuando uso un himnario porque estoy menos familiarizado con las letras.
  • Prefiero la habilidad de leer música y cantar la armonía. Soy una de esas personas raras que te encuentras al sentarte en la iglesia que por automático canta armonía y no melodía. Tener la música en el himnario ayuda, especialmente con las tonadas que no conoces. Aunque puedo cantar armonía de oído cuando es necesario, prefiero tener siempre la música frente a mí.
  • Los himnos usan frases y palabras que las canciones modernas no usan. Los himnarios están llenos de rica teología y expresiones que ya no vemos. Los 140 caracteres de Twitter y la escasez de letra que encontramos en las canciones modernas han disminuido aparentemente nuestro vocabulario. Los himnos están llenos de lenguaje teológico y poético, que no se encuentran en muchas canciones contemporáneas.
  • Las lecturas antifonales virtualmente no existen en muchas iglesias protestantes, y no estoy seguro de que eso sea algo bueno. Nuestras liturgias han dejado atrás las lecturas antifonales, un componente de primera importancia que encontramos en muchos himnos. Al igual que los himnos mencionados en el punto anterior, las lecturas antifonales están llenas de mucha teología. A medida que los himnarios han sido usados menos y menos, las lecturas antifonales en los servicios de nuestra iglesia prácticamente han desaparecido.
  • Quiero que mis hijos conozcan los himnos también. Hace poco llevé a mis hijos a un evento que incluyó cantar himnos. Prácticamente no conocían ninguna de las canciones. Yo conocía todos menos uno. Me di cuenta en ese momento que ellos nunca han estado en servicios de iglesia donde se usan himnarios. Todo está en la pantalla, y las canciones son las que escuchan en la radio. Es bueno que sepan las canciones que saben, pero también me encantaría que ellos también conocieran los himnos.

¿Tu iglesia usa himnarios? ¿Los tienes y nunca los usas? ¿Eres un millenial que también extraña usar himnarios?


Publicado originalmente por Thom Rainer. Traducido por Harold Bayona.
Imagen: Lightstock.
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