¡Únete a nosotros en la misión de servir a la Iglesia hispana! Haz una donación hoy.

×

Movilizar para evangelizar es un manual que, con análisis y ejemplos prácticos, nos invita a ser responsables y objetivos con nuestro quehacer evangelístico. Estas son veinte frases destacadas que encontré en mi lectura de este recurso:


La clave para guiar a evangelizar de manera intencional y constante radica en el poder y la Palabra de Dios (p. 4).

La actitud de liderazgo es quizás uno de los factores más críticos en el crecimiento de la iglesia (p. 5).

El pastor debe guiar a su pueblo en oración intercesora por los perdidos; debe inspirarlo, enseñarle, organizarlo, enviarlo y alentarlo a continuar esta obra de la iglesia, que es la más grande de todas (p. 5).

Los líderes de la iglesia deben enseñar el evangelio a sus niños a la edad más temprana posible, animando a sus niños y adolescentes a esperar la convicción del Espíritu sobre sus pecados en Su tiempo (p. 50).

Existe la tentación de que el pastor y la congregación se convenzan a sí mismos de que la publicidad y el evangelismo son esfuerzos sinónimos (p. 53).

Tus convicciones teológicas y el mensaje del evangelio que proclamas deben ser probados continuamente por la doctrina, las instrucciones y los principios del Nuevo Testamento (p. 53).

Combinar el evangelismo con una teología del evangelio social tiene el potencial de llevar a los creyentes a adoptar algunas filosofías y prácticas de evangelización imprudentes (p. 57).

El evangelismo es la actividad empoderada por el Espíritu en la que los creyentes dan un testimonio completo e intencional de vida, muerte, sepultura y resurrección de Jesucristo, llamando a los no creyentes a convertirse en Sus discípulos a arrepentirse de sus pecados, poniendo su fe solo en Cristo y confesando verbalmente que «Jesús es el Señor» (p. 59).

Las Escrituras presentan al evangelismo como una disciplina espiritual que todos los creyentes deben practicar de manera intencional y constante (p. 63).

Si los miembros de la iglesia ven que su pastor y el personal valoran el evangelismo, típicamente abrazarán y priorizarán el evangelismo con el pasar del tiempo (p. 85).

Si bien ningún pastor debería hacer todo el evangelismo de su iglesia, sí debe promover y animar todo el evangelismo que ocurre en ella (p. 71).

Una herejía devastadora de nuestros días radica en la creencia de que el pastor debe hacer toda la labor de ganar almas mientras la iglesia se entrega a la complacencia (p. 71).

Como predicadores, si esperamos que los miembros de la iglesia traigan a personas perdidas, deben esperar que comuniquemos claramente cómo sus invitados perdidos pueden encontrar la salvación (p. 76).

Si deseas que los miembros de tu iglesia repitan el evangelio, haz que lo escuchen una y otra vez (p. 77).

Los pastores deben invitar públicamente a los no creyentes a que se arrepientan, crean y confiesen a Jesucristo como Señor, pero sin manipularlos ni presionarlos para que tomen decisiones que en última instancia resultarían falsas (p. 77).

El evangelismo es esencialmente la proclamación de una invitación a participar en la restauración ofrecida por Cristo (p. 78).

La naturaleza inherente tanto de las Escrituras como del evangelio provoca una respuesta por parte de quienes los escuchan (p. 78).

Nunca nos atrevamos a hablar por Dios a los hombres, hasta que hayamos hablado por los hombres ante Dios (p. 81; Cita de Spurgeon).

¿Dedicas un tiempo a orar durante la preparación de tu sermón para que los pecadores sean convencidos al escuchar la Palabra de Dios, para que puedan recibir a Cristo? (p. 26).

No todos los pastores serán evangelistas dotados de gracia, pero todo pastor sí debe ser un evangelista personal empoderado por el Espíritu, que promueva y enseñe el evangelismo a su pueblo (p. 88).

Recibe cada día los artículos, podcasts, y vídeos más recientes.
CARGAR MÁS
Cargando