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Al pensar en pueblos no alcanzados, en el contexto de misiones, probablemente nuestra primera idea es un pueblo tribal, en condiciones de pobreza, donde nunca han visto a un misionero. Sin embargo, la nación de Taiwán, a pesar de tener presencia misionera desde hace casi 100 años, tiene lugares donde aún no existe ni una iglesia local establecida. Historias como las que les voy a contar es uno de tantos ejemplos alrededor del mundo que nos dan la indicación de que la gran comisión no se ha alcanzado, y que la labor y el llamado de Cristo a la iglesia local se extiende más allá de nuestra iglesia.

La ciudad de Taidong, en el sur de Taiwán, es una de las tres ciudades en la cual nuestra base y equipo misionero ha sido dirigido a enfocarnos. Esta no es solo una ciudad preciosa; es también una de las ciudades con más concentración y diversidad aborigen en Taiwán. Fui enviada junto con un equipo de misioneros a una congregación denominada “Arise” (Levántate). Solo en esta iglesia hay 6 tribus representadas. Cada una de estas tribus tiene un dialecto particular, una cultura y serie de reglas particulares, y posee estructuras sociales características.

Durante una cruzada de alcance misionero, un equipo de misioneros fuimos a esta congregación con el objetivo específico de darles apoyo en enseñanza bíblica. Luego de un caluroso recibimiento, miembros de la congregación nos dieron un breve tour por la ciudad, y luego nos llevaron al lugar donde esta iglesia estaba decidida a alcanzar a este pueblo olvidado. La iglesia Arise acaba de mudarse a una nueva ubicación hace solo 6 meses, y están decididos a abrir un centro evangelístico en un pueblo cercano. En este pueblo, llamado ShuShan, solo existen dos iglesias. Una es un culto muy común en Taiwán (aunque iglesias menos tradicionales no los ven como un culto, la mayoría de iglesias más ortodoxas lo califican así). La otra congregación tiene una historia muy particular.

Esta “iglesia” es una congregación fundada décadas atrás por una denominación mayor, la cual actualmente tiene un remanente de solo 10 personas de 60 años o más. Estos hermanos se reúnen fielmente los domingos en el templo, solo para orar juntos, ya que tienen 10 años sin pastor. ¡Diez años SIN pastor! Al escuchar esto mi corazón fue invadido por un profundo sentimiento de tristeza y compasión. “Y escuché la voz del Señor diciendo, ” ¿A quién enviaré y quién irá por nosotros? ” Entonces dije, ¡Heme aquí! Envíame a mí”, Isaías 6:8. La razón de mi tristeza era el ser testigo de esta realidad: saber que ovejas del gran pastor estaban “como ovejas sin pastor”.

Taiwán es una sociedad desarrollada, enfocada en el éxito, la posición y el dinero. Cada día más iglesias cierran sus puertas debido a que son muy pequeñas para sostener a un pastor a tiempo completo, y tienen poca membresía. Esto pasa mayormente en áreas rurales y semiurbanas. El vivir por fe no es solo contracultural, sino que es prácticamente un concepto inexistente en el pueblo de Dios, aun dentro de los círculos eclesiásticos. El contraste con las grandes ciudades es bien marcado, donde la migración a los centros urbanos y el crecimiento del evangelio en medio de los grupos profesionales y clases más altas dejan cada vez más relegado el enfoque del trabajo de las iglesias en áreas rurales y en medio de la clase trabajadora.

Un pastor de nombre Esteban ha sido movido a misericordia. Este joven pastor y su familia son provenientes de una de las tribus del sur de Taiwán. Acaban de plantar una iglesia en el centro de la ciudad de Taidong, y es uno de los líderes que están promoviendo jornadas matutinas intereclésiasticas de oración, en pos del avance del evangelio en esta ciudad y región. A pesar de ya estar bastante ocupado con esta iglesia en plantación que inicia, un ministerio en gestación para alcanzar, y entrenar a los jóvenes olvidados de este pueblo; y siendo además padre de una familia de cuatro, él ha sido movido por compasión a también ofrecer ayuda a esta iglesia. Ciertamente, Dios no se olvida de los suyos, y en amor a esta pequeña congregación ha provisto de un siervo.

Nuestra oración es que muchos hombres más sean levantados y sean consistentes con la teología bíblica que predicamos. Que Dios levante hombres que lleguen a ser pastores en lugares olvidados como este, ayudados por mujeres que deseen servir a los jóvenes, mujeres y niños de miles de grupos de personas como este. Que a través trabajo de sus siervos, el nombre del Señor sea proclamado en las naciones, Su pueblo sea edificado y nutrido, y los perdidos sean alcanzados hasta los confines de la tierra. ¿Quién atenderá al llamado?

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