“Espero que con esto sean alentados sus corazones, y unidos en amor, alcancen todas las riquezas que proceden de una plena seguridad de comprensión, resultando en un verdadero conocimiento del misterio de Dios, es decir, de Cristo en quien están escondidos todos los tesoros de la sabiduría y del conocimiento” Colosenses 2:2-3.
Pablo quiere alentar a los hermanos en Colosas asegurándose de que saben y entienden la magnitud de la provisión de Dios para sus vidas en la obra de Cristo en la cruz del Calvario. En este versículo dice que quiere que “alcancen todas las riquezas que proceden de una plena seguridad de comprensión”.
Y es que hay un par de necesidades muy poderosas en la experiencia humana. Por un lado, la necesidad de sentirnos seguros; de nosotros mismos como personas, del futuro, de que nuestros hijos vayan a estar bien, etc. Y por otro lado, nuestra necesidad de paz interior, de llenar ese vacío y sentido de “exilio” que experimentamos al saber en lo profundo de nuestro ser que tiene que haber “algo mas”, un “hogar” para nuestra alma.
Un sentido de convicción en nuestra vida, de “plena seguridad de comprensión” como dice el versículo, trae cierta seguridad y paz, pero éstas pueden estar basadas en proposiciones falsas que traerán también un sentido falso de paz y seguridad. De la misma manera, conocimiento sin convicción es meramente un ejercicio intelectual sin ningún impacto personal y a nivel funcional.
Es solo un conocimiento profundo y verdadero que viene de una comprensión plena de las implicaciones funcionales y personales de la obra de Cristo en nuestro favor que trae “ánimo” e impacto verdadero a nuestra vida.
Es en ese misterio de Dios donde “están escondidos todos los tesoros de la sabiduría y del conocimiento” y que es Cristo en nosotros, la “esperanza de gloria” que nos lleva a valorar la realidad de que poseemos un incalculable tesoro a nuestra disposición y para nuestras necesidades más profundas.
Esto es una obra dinámica y profunda en nuestro ser que nos da seguridad y paz; y a la vez crea una “dulce sed” por un mayor entendimiento y aplicación de las verdades del evangelio.
Piensa en esto y encuentra tu descanso en El.
